Análisis territorial
El levantamiento consiste en identificar y registrar de manera técnica y detallada las características notables del área de estudio. Este permitirá informar la toma de decisiones a partir de evidencias territoriales y en la comprensión sensible de sus componentes y procesos ecológicos.
Contexto bioclimático
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Comprender el comportamiento general del clima en el emplazamiento específico, así como sus variables esperadas en el tiempo. Considere la precipitación, viento, radiación solar/nubosidad, etcétera.
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Definir las Unidades de Paisaje, como lagunas, humedales, ríos, quebradas, bosques, praderas, pampas, dunas, campos productivos, poblados, etcétera. Luego se requiere caracterizar cada una para entender la condición en la cual se encuentran y su potencialidad. Esto permitirá tomar decisiones como conservación, regeneración, intervención, etcétera.
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Todos los cuerpos de agua natural o artificial, estáticos o en movimiento, temporal o permanente, áreas de turberas o musgos, y zonas con agua de mar, serán denominados de ahora en adelante como humedales.
Su área funcional implica toda la superficie a proteger para asegurar que sus funciones, procesos y valores naturales se puedan preservar en el tiempo. Incluye la masa de agua en sí, la vegetación riparia, y cualquier hábitat o ecosistema terrestre asociado y dependiente del agua y la humedad.
Se debe identificar por dónde fluye el agua en el terreno, dónde se drena y/o estanca, la temporalidad de los caudales -si son intermitentes o si tienen un área de inundación-, si hay cursos de agua subterráneos, y la infraestructura hídrica existente.
Levantamiento territorial
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Un levantamiento topográfico permite identificar limitaciones de uso debido a las pendientes, entender mejor las dinámicas hidrológicas del lugar y generar conocimiento para un diseño eficiente que evite cortes significativos de los cerros, etc.
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La identificación de áreas de riesgo implica reconocer limitaciones de uso para actividades productivas, recreacionales o habitacionales. Los riesgos geológicos a los que nos podemos enfrentar en la Región de Aysén son aluviones, remoción en masa, desprendimiento de rocas por acción del agua, hielo y viento, inundaciones, GLOFs y emanaciones volcánicas.
Factibilidad infraestructural
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Es necesario planificar con la topografía las áreas tentativas de construcción y sus vías de acceso, para evitar grandes inversiones innecesarias. También se pueden levantar huellas existentes, para el trazado de caminos vehiculares o senderos del proyecto. Con esto se busca evitar intervenciones significativas en el terreno como grandes movimientos de tierra, corte de cerros, etc.
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Se requiere comprobar la factibilidad de acceso a la infraestructura, considerando la capacidad de abastecimiento que tengan los servicios a nivel local. En caso no existir o ser insuficiente, tener en consideración las alternativas para su sustitución junto con un plan de uso sostenible a largo plazo.
Factibilidad productiva
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Implica reconocer limitaciones de uso de suelo, como son el acceso al agua, las condiciones climáticas, la pendiente, material de origen, características de los suelos y procesos de degradación, e incluso de acceso a proveedores para insumos agropecuarios.
La Capacidad de Uso de los suelos indica las limitaciones y riesgos en el uso, señalando su relativa adaptabilidad a ciertos cultivos o usos propios de una zona. Esta clasificación puede informar la zonificación del proyecto y se encuentra disponible en el SAG.